Microchips para mascotas: la pequeña gran revolución en su seguridad
Share
Microchips para mascotas: la pequeña gran revolución en su seguridad
Historia, funcionamiento y ventajas — explicado fácil, con base técnica.
Pocas tecnologías han protegido tanto a nuestros peludos como el microchip. Es diminuto —del tamaño de un grano de arroz—, no necesita batería y puede marcar la diferencia entre una búsqueda interminable y un reencuentro rápido.
¿De dónde viene la idea?
En los 80 y 90, clínicas y protectoras buscaban una identificación permanente. Las chapas en el collar eran útiles, pero podían perderse o borrarse. Con la RFID apareció la solución: un identificador interno, seguro y legible universalmente.
En España su implantación se extendió en los 90 y hoy es obligatoria para perros (y muy recomendada para gatos) en la mayoría de CC. AA., reforzando la lucha contra el abandono y facilitando los reencuentros.
Cómo funciona (sin tecnicismos raros)
- Implante subcutáneo: se coloca bajo la piel, entre los omóplatos. Procedimiento rápido, similar a una vacuna.
- Sin baterías: el lector activa el chip por radiofrecuencia y devuelve un código único.
- Registro: ese código se vincula a tus datos en una base de datos. Si se pierde, un vet/refugio escanea y te llaman.
Ventajas reales en el día a día
Identificación permanente
No se pierde como una chapa ni depende del collar.
Reencuentros más probables
Centros veterinarios y protectoras pueden localizarte rápido.
Apoyo legal y sanitario
Ayuda a acreditar propiedad y mejora el control sanitario.
Cero mantenimiento
Olvídate de pilas. Solo mantén tus datos actualizados.
Checklist exprés para hoy
- Pide a tu veterinario un escaneo para comprobar que el chip responde.
- Revisa el registro donde está inscrito y actualiza móvil, email y domicilio.
- Añade un recordatorio anual en tu móvil: “Revisar microchip”.
- Compleméntalo con chapa en el collar y hábitos de seguridad en casa y en la calle.
Preguntas rápidas
¿Duele ponerlo?
Es rápido y comparable a una vacuna. La mayoría apenas lo nota.
¿Sirve para rastrear?
No. No es GPS. Identifica al animal con un código y permite contactar con su familia.
¿Cada cuánto lo reviso?
Al menos una vez al año o cuando cambies de teléfono, email o domicilio.